Resumen
Nadie cuestiona que innovar es fundamental y que es a través de ella que las compañías aseguran su continuidad económica a partir de las plusvalías que genera. Pero, ¿qué sucede cuando alguno de los potenciales usuarios de nuestras innovaciones tienen pocos recursos y no las pueden pagar? ¿dejamos entonces de innovar porque no vale la pena (económicamente hablando)? A través del artículo se argumenta que es factible romper este paradigma y que para que ello resulte hay que innovar desde el contexto de los desfavorecidos.
Idioma original | Inglés |
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Páginas | 70-72 |
Publicación especializada | Directivos y Empresas Siglo XXI |
Estado | Publicada - 1 may 2012 |
Publicado de forma externa | Sí |