Estrés y burnout del personal sanitario: ¿Cómo los directivos pueden hacer la transición desde contribuir al problema a su solución?

Rajaram Govindarajan Kamatchi, Mª Nieves López Fernández

Producció científica: Article en revista no indexadaArticle

Resum

El estrés laboral y el síndrome de "quemado", conocido como "burnout", son muy frecuentes entre el personal sanitario. Aunque la diferencia entre el estrés y el burnout no está claramente definida, se entiende el burnout como una fase más avanzada del estrés crónico; el estrés puede desaparecer tras un período de reposo tal como las vacaciones, mientras el burnout no. Las consecuencias del estrés y el burnout en el personal sanitario son alarmantes. Entre los médicos, las tasas de suicidio y los accidentes de tráfico son tres y dos veces más altas respectivamente que en la población general. El consumo de tabaco, alcohol y drogas también son más altos debido al estrés. Las enfermedades psicosomáticas, tales como las cardiovasculares, son más comunes entre el personal afectado por el burnout. Como consecuencia, las empresas sanitarias experimentan pérdida de motivación e insatisfacción, así como un aumento del absentismo y la rotación de su personal, con implicaciones serias para la eficacia y eficiencia de la organización que les emplea. En realidad, el burnout no se restringe a unas determinadas personas afectadas aisladamente. Es contagioso dentro de la organización, creando "grupos" de personas afectadas, que a su vez aceleran los efectos negativos entre sus miembros. Estos grupos colectivamente pueden crear un clima social poco deseado poniendo en peligro el éxito de cualquier iniciativa de mejora de la organización. El coste del estrés y burnout para el personal afectado, las empresas que les emplean y la sociedad en su conjunto son incalculables. Entre las principales causas de estrés de los diversos profesionales están la "falta de organización" en el trabajo, la falta de recursos materiales en el entorno laboral, la ambigüedad en los roles y responsabilidades, la infrautilización de las habilidades profesionales, la escasa participación en la toma de decisiones, la falta de formación, el conflicto laboral y la sobrecarga de trabajo. Los directivos de las empresas sanitarias, sobre todo en la sanidad pública, tienen dos obligaciones claras: 1. dar un servicio seguro, eficaz y rápido a los ciudadanos; y 2. asegurar la eficiencia en el uso de los recursos. Para lograr estos dos objetivos, además del liderazgo de la dirección, también es necesario la política de implicación y motivación del personal. Las empresas con su personal desmotivado por el estrés y el burnout no pueden aspirar al logro de dichos objetivos. En este artículo se proponen cinco mecanismos preventivos diseñados para: (1) eliminar el estrés y el conflicto entre el personal mediante mejoras en la definición de roles, responsabilidades y autoridades, (2) mejorar el sistema de reparto de recursos materiales entre los diferentes procesos de la organización de modo que se enlacen correctamente los resultados exigidos y los recursos asignados, (3) asegurar que la organización detecta las posibles deficiencias de conocimientos de su personal de una manera pro-activa y que les aporta la formación necesaria para que éstos puedan realizar las tareas que se les asignen correctamente, (4) definir y utilizar los canales de comunicación interna para mantener al personal identificado con la misión y los objetivos de la organización y (5) finalmente un sistema de retroalimentación entre el personal y la dirección para que ésta pueda medir, analizar y mejorar continuamente la motivación de su personal.
Idioma originalAnglès
Pàgines18-27
Publicació especialitzadaSedisa S. XXI
Estat de la publicacióPublicada - 1 de gen. 2009
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