Resum
¿La dinámica de jugar y el cambio organizacional van de la mano? Jugar por diversión ofrece una perspectiva muy valiosa para el cambio en entornos dinámicos e inciertos, en que las organizaciones quieren responder a eventos inesperados y buscan prepararse para el futuro. Es difícil definir el juego porque una definición destruye la alegría. Eso ya es una característica del juego: en el momento en que intentas plasmarlo en reglas formales, el juego desaparece. Los teóricos del juego coinciden en señalar que presenta numerosas características: Jugar es diversión, voluntario, libertad. Seguimos jugando mientras nos divirtamos y tengamos energía para ello. Jugar es relajante y puede hacernos reír. El compañerismo nace jugando. Jugar no es la vida "normal", pero ofrece la oportunidad de escaparse de ella y jugar es espontáneo e intrínsecamente motivante.
Imaginemos que podamos ver el cambio en las organizaciones como un juego en que nos sentimos libres y nos divertimos. Jugar permite ensayar nuevos comportamientos y desarrollar ideas distintas. Ello nos libera de los patrones culturales más arraigados y puede contribuir a introducir cambios profundos en las organizaciones y en el mundo que nos rodea.
En los escenarios de complejidad y de incertidumbre que exigen una "ambición por el cambio" creativa e innovadora, hemos de permitirnos una actitud "playfullness" obviando el temor a ser irresponsables e inmaduros. En un contexto organizativo dominado por la "explotación", improvisar aplicando métodos de trabajo lúdicos, ensayar cosas nuevas y analizar sus efectos, nos permitirá balancearnos hacia la "exploración". Es precisamente en este juego colaborativo que podemos conformar el cambio y la innovación en un mundo tan ambiguo y dinámico.
Idioma original | Castellà |
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Pàgines | 60-68 |
Publicació especialitzada | Harvard Deusto Business Review |
Estat de la publicació | Publicada - 1 de març 2021 |