Ética de los juristas y actividad científica. Reflexiones en torno a una deontología interprofesional

Al reunir a profesionales de distintas profesiones, el campo de la investigación biomédica, y de la bioética en general, llama a la construcción de una deontología interprofesional. Este ensayo se plantea el papel de los juristas en ese ámbito, y lo hace en dos partes. La primera gira en torno al contraste entre la metodología jurídica y la científica, resaltando lo que estas tienen en común según una concepción contemporánea de la epistemología, en todo caso sostenida por desarrollos relevantes en este campo. Esas reflexiones apuntan hacia el estrechamiento del espacio que separaba a ciencia y Derecho según la visión científica tradicional, para la cual la ciencia sería el terreno de la objetividad absoluta, superior frente a la necesaria implicación de intereses e ideologías en el método jurídico. Caída esa consideración radicalmente pura de la investigación científica, se sitúa en una posición más fuerte el papel del Derecho positivo como criterio orientador de conductas también en este ámbito. En concordancia con esto, cabe reivindicar el papel de la ética jurídica en la construcción de una deontología interprofesional, lo que lleva en la segunda parte del estudio a una consideración de la teoría estándar de la amoralidad. Sin embargo, una descripción de la misma nos muestra una ética profesional muy sujeta a ciertas condiciones particulares (contexto adversario, modelo de la agencia y positivismo jurídico), las cuales no se aplican a las múltiples problemáticas que genera el campo de la investigación biomédica. De esta manera, además de concluir la inadecuación de la concepción amoral en este ámbito, el ensayo contiene una crítica general a esa teoría dominante, en la medida en que se afirma que la amoralidad no funciona más allá de ciertos contextos muy específicos, mientras que en muchos otros distorsiona la función del jurista para con el Derecho y la sociedad.